¡Buenos días!
Cómo pasa el tiempo, ya el tercer día en Marrakech. Después del desayuno, nos fuimos camino a la Koutoubia, para verla, y para coger el autobús turístico. Soy fan de los autobuses turísticos, que te llevan por toda la ciudad, con diferentes rutas, te van contando la historia, y donde puedes bajarte donde mejor te venga.
En los sitios turísticos, siempre vendrá algún paisano para hacerte de guía. Nosotros no les hacíamos caso, porque no son oficiales, y porque aunque te digan que lo hacen porque eres amigo, luego no les parecerá suficiente el dinero que les vayas a dar.
La Koutoubia se puede ver desde muchos puntos de la ciudad. Sirvió de modelo para construir la Giralda de Sevilla más tarde. Al no ser musulmanes, no pudimos pasar para verlo por dentro.
COOLSEJO: intentar ver la Koutoubia tanto de día, como de noche. Con la iluminación es preciosa también (a mi me gustó más).
Sí o sí, yo quería ir a ver el jardín de Majorelle. Así que nos subimos en el autobús y nos llevo hacia la zona más occidental y cosmopolita de la ciudad. Un McDonald´s que no falte. Las calles son muy anchas, y hay todo tipo de tiendas y restaurantes, iguales que las de cualquier país desarrollado.
Desde la bajada del autobús hasta los jardines hay que andar un poco (yo quería ir en un coche de caballos, pero no hubo suerte).
El Jardín Majorelle fue creado por Jacques Majorelle, que era amigo de Yves Saint-Laurent, y en los jardines hay una “escultura” dedicada a el. Bien, la escultura es una piedra que a mi, personalmente, me pareció bastante cutre. Los jardines me encantaron por la mezcla de colores que había, (no me importaría tener una casita de campo con ese estilo). Hay muchísimos árboles y plantas, traídos de los cinco continentes; no soy muy amante del mundo botánico, así que tampoco me centré mucho en las diferentes especies que había… sólo en el conjunto, que la verdad es que es impresionante y es un pulmón verde en toda regla. Te puedes imaginar ahí de retiro espiritual, y no queriendo irte nunca.
¡Espero que os haya gustado! Perdímos toda la mañana en llegar y en verlo… Pero para mí, mereció la pena. Te sales un poco de la ruta del centro… pero no podía irme de Marruecos sin haber visto el Jardín de Majorelle.
¡La semana que viene más! Gracias por leerme, ¡os espero!
xoxo
P.